Desde los inicios de este plebiscito los detractores de la propuesta de la clase trabajadora han aducido que se trata de una propuesta con sesgo ideológico, y vaya que lo es, de eso no hay ninguna duda, como si la cuestión ideológica fuera un delito o un pecado, aunque también cabe aclarar que un sistema de seguridad social como el que tenemos, con las AFAP y el papel que se les otorga en el “financiamiento del Estado” con los dineros y aportes jubilatorios de los trabajadores y a pérdida total para nuestros propios intereses, conforman un asunto ideológico también.
La RAE describe a la ideología como “Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una
persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc” (1)
Por ende, para hablar con honestidad intelectual, o con honestidad a secas, tanto la propuesta plebiscitaria como la defensa del sistema de lucro parten de una cuestión ideológica con un fuerte contenido economicista, o más bien, de cómo debe funcionar la economía nacional.
Hay quienes pensamos que la clase trabajadora, que es la que más carga sobre sus espaldas con el gasto de todo lo que acontece en nuestra economía no puede seguir siendo la que sostenga una sociedad cuyas clases más acomodadas y pudientes son las principales beneficiadas del actual panorama.
Exoneraciones fiscales, exoneraciones de aportes, rebajas de impuestos a las ganancias, a las herencias, a los depósitos en el exterior, etc.
Saldain lo dice bien claro en nota de prensa del diario El País en la que habla en base a un informe realizado por la empresa NOBILIS (si habrá tema ideológico allí):
” A su entender, la aprobación del plebiscito tendría “impacto en el financiamiento del sector público en la medida en que suprime al principal inversor de la economía”. Esto porque, aseguró, las administradoras de fondos de ahorro previsional (AFAP) “son el principal inversor de la economía uruguaya”. (2)
Con esto Rodolfo Saldain, principal redactor de las reformas del año 96 así como de la ley 20130 lo dice bien a las claras: “las AFAP son el principal inversor de la economía”, a lo que cabe preguntarse:
¿Qué plata usan para sus inversiones?
Sencillamente la nuestra, la de las y los trabajadores, con claros detrimentos para nuestros intereses, cobrando entre comisiones, primas y seguros un promedio de 20% de nuestros aportes, para devolvernos apenas en promedio un 5% de beneficios, y para colmo, repartiéndolos hasta los 100 años de edad. Un negocio redondo para los intereses de quienes reciben nuestra plata, pero no para nosotros y nosotras. Tema aparte, que ya hemos tratado abundantemente es el gravísmo desfinanciamiento que causa el desvío de aportes jubilatorios hacia las AFAP y su impacto negativo en el sistema público, estatal y solidario administrado por el BPS.
En todas las partes del proceso lo que vemos es a trabajadores financiando casi en su totalidad la economía del país, a través de nuestros aportes, del pago de impuestos, de los servicios públicos, de las inversiones a privados de las AFAP, de la compra de títulos de deuda pública que también hacen las AFAP y por todo el consumo interno que generamos en nuestro día a día.
¿Tanta incompetencia hay en nuestros cuadros políticos que su solución es que para que haya inversores privados seamos las y los trabajadores quienes paguemos exoneraciones y privilegios?
¿o será un tema ideológico en el que quienes menos riqueza tienen sean los que paguen la fiesta del 1% más pudiente?
Y es que esa es la cuestión real, que disfrazan con miedos de que se fundirá el país si los trabajadores reclaman los derechos e interés sobre sus dineros y aportes, mientras los gobiernos miran para el costado mientras el gran capital infla sus bolsillos de forma inmoral entretanto la pobreza crece, la indigencia aumenta y la pobreza infantil es de escándalo.
La plata para arreglar todo esto está, el problema es que jamás se usará para mejorar la vida de nuestro 99% porque se va en beneficio del 1% que maneja todo.
El grado inversor, ¿de qué ha servido para los trabajadores?
“De la misma forma, Saldain dijo que, de aprobarse la reforma, “va a tener también un impacto en el mercado de valores”, y “seguramente implique que el país va a tener que pagar un mayor nivel de tasas de interés” para conseguir financiamiento para su gasto.”
No hay que ser economista para entender cómo funciona el Estado y sus préstamos a organismos multilaterales e internacionales, al final del día los pagamos el 99% de la población, ¿no será momento de dirigir nuestros aportes e impuestos a mejorar la vida de nuestra gente en lugar de seguir manteniendo parasitarias clases acomodadas y gran empresariado?
Comprometen el futuro en cada préstamo que se saca, a generaciones y décadas futuras, cada uno de esos préstamos viene acompañado de exigencias y cambios normativos y legales en cuestiones como salud, seguridad social, educación, etc. que tienen un contenido ideológico muy grande y gravísimo para los intereses de una nación que se dice “independiente”.
¿De qué sirve un grado inversor que depende de que sean las y los trabajadores los que vuelquen ya no solo su trabajo, sino también sus aportes e ingresos para favorecer al gran capital?
¿No habrá aquí un asunto ideológico?
El cuco de los juicios
“Ahora, si se aprobara esta iniciativa, se los desafilia igual, aún a quienes dijeron que no querían. Me imagino 47.000 juicios”, sentenció.” (4)
Estos 47000 a que se hace referencia son las personas que se asesoraron para la desafiliación de las AFAP, asesoramiento que no fue ampliamente difundido y que consistió en simulaciones de escenarios posibles que no necesariamente reflejaban la realidad de cada trabajador/a y que implicaban en la amplia mayoría de los casos en tener que pagar los “dineros perdidos” por la operativa de las AFAP.
De qué juicios hablará Saldain es muy difícil estimar, en primer lugar, porque quienes nos vimos obligados a entrar en este siniestro sistema de lucro en la seguridad social nos veremos beneficiados de gran forma por las mejoras en las jubilaciones y pensiones del sistema solidario y de reparto, ni que decir de quienes cobran las mínimas, que tendrán un aumento de unos $ 4000 en sus ingresos en caso de aprobarse el plebiscito.
¿O aquí intenta defender el interés de los 27000 que cobran más de $ 285 mil por mes? Entre los que casualmente estará él, pero que significan en la realidad gente que no aporta nada a la seguridad social, ni de forma obligatoria a las AFAP. Un país donde el que más tiene y el que más gana es el que porcentualmente menos aporta. Y por otro lado, cabe preguntarse ¿Cuántas de estas personas invierten en las AFAP a pérdida de un 15% sus ingresos? y que además la devolución del remanente se calcula a expectativa de vida de 100 años.
La respuesta cada uno podrá imaginarla, pero no es difícil pensar en alternativas mucho más útiles de “inversión” para estas personas.
Lo que si sabe Saldain de seguridad social y juicios deviene de su activa participación en los juicios que se generaron por el movimiento de cincuentones que se vieron afectados cuando el propio Saldain diseñó una ley defectuosa como la del 96. En 2018 se habilita a desafiliarse de las AFAP, consiguiendo importantísimas mejoras en sus jubilaciones por el sistema de reparto y solidaridad, pero se les cobró un “diezmo” del 10%, además de tener que pagar los dineros faltantes por las pérdidas de sus aportes por las comisiones, primas y seguros que causaron las AFAP.
O sea, nos metió en un sistema negativo en el 96, con sus fallas y falencias (que causaron pérdidas a los trabajadores, ideología otra vez), y después se cobró sus millones representando legalmente a los mismos que embarcó en el desastre cuando reclamaron al Estado.
Un señor que sabe estar en ambos lados del mostrador, lo que vemos es que en ambos lados del mostrador el señor Saldain siempre obtiene ganancias personales.
Es un tema ideológico de parte de nuestros detractores, sean del partido que sean, el exponer el asunto del lucro y de la utilización del dinero y aportes de los trabajadores en el financiamiento del Estado y del gran capital, pero lo ocultan disfrazándolo de argumentaciones “objetivas, científicas o evidentes y que no son propensas a ninguna discusión” y se muestran como carentes de ideología. Y peor aún, tildando con que tal o cual propuesta es ideológica como su fuera algo malo de por sí.
Cabe preguntarse para finalizar, ¿cuál es nuestra finalidad como seres humanos?
¿Ser elementos a exprimir en nuestra vida activa para ser desechados y tener que vivir en la miseria en la vejez en pro de financiar al gran capital y las clases acomodadas?
¿No vendrá siendo hora de que pensemos como mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo, su clase trabajadora y sus integrantes más pobres, más teniendo en cuenta que su vejez no sea en un panorama de penurias y miseria?
Tal parece que debe ser el pueblo quien rumbee la cuestión, es un tema ideológico, de justicia, de clase, de solidaridad y de pertinencia.
¿No vendrá siendo hora de que el pueblo decida?
Es momento del plebiscito en defensa de la seguridad social, como dijo José Batlle y Ordóñez:
“En una democracia de verdad el pueblo no debe conformarse con elegir a sus gobernantes, debe gobernar a sus elegidos”
notas:
1) https://dle.rae.es/ideolog%C3%ADa
2, 3, 4) https://www.elpais.com.uy/informacion/politica/tras-lapidario-informe-saldain-sostiene-que-plebiscito-del-pit-suprime-al-principal-inversor-de-la-economia