“Yo he preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado”.
Silvio Rodríguez
Faltaba poco para el invierno de 1984 y faltaba todavía mucho para desterrar a la dictadura. En Uruguay, lentamente se iban abriendo las puertas y ventanas de la democracia. Habían pasado ya casi once años de terrorismo de Estado, de represión a las y los trabajadores, de vulnerar un día sí y otro también los derechos más elementales de las y los uruguayos todos, y muy especialmente de quienes mantenían la llama viva de la militancia sindical, social y política.
En ese contexto durísimo nació nuestro sindicato, el 24 de mayo de 1984. Fue forjado por mujeres y hombres de los más diversos pensamientos, creencias y convicciones. Más a todas y todos los unía la pertenencia de clase, el reconocerse trabajadoras y trabajadores y los unía aún más la resistencia a la dictadura. Eran horas terribles, la represión había asesinado por torturas hacía pocas semanas al compañero Vladimir Roslik, oriundo de San Javier y asesinado en Fray Bentos, Río Negro.
Nuestra ATSS, que es tu ATSS, fue el primer sindicato en constituirse en forma legal durante la dictadura. Había que estar en la piel de aquellas y aquellos militantes, que se reunían clandestinamente en parroquias, centros sociales, clubes barriales y casas de familias en forma clandestina, desafiando a la barbarie. Los unían sus convicciones democráticas y la búsqueda de la recuperación de sus derechos salariales y de condiciones de trabajo más elementales, brutalmente violentados durante toda la larga noche dictatorial.
Pasaron casi cuatro décadas desde aquella jornada cargada de heroísmo. Han pasado gobiernos de todos los pelos y credos. Y ATSS ha estado, está y estará firme, con errores, con horrores y con aciertos y convicciones, como la vida misma defendiendo y promoviendo derechos con independencia de clase y de partidos políticos. Porque su historia, su presente y su futuro siempre estarán signados por el aporte de compañeras y compañeros de carne hueso, todos imperfectos, pero todas y todos aportando su granito de arena cada día para mejorar nuestras remuneraciones, la calidad y las condiciones en que desarrollamos nuestro trabajo.
Somos trabajadoras y trabajadores de la seguridad social. Todos nuestros esfuerzos están destinados a acompañar a las uruguayas y los uruguayos, naturales o por adopción, a lo largo de todo su ciclo de vida, desde la concepción, el nacimiento, el desarrollo y hasta el final de sus días. Casi todos nosotros volcamos a diario nuestro esfuerzo en particular a los sectores más necesitados de la población. Lo hacemos en las decenas y decenas de locales, agencias, sucursales y centros de Salud de todo el país.
Más allá de carencias y vaivenes, ATSS “resiste archivos” en la defensa histórica de una seguridad social al servicio de todas y todos los uruguayos, y en especial de los más desposeídos.
Este presente nos encuentra en la resistencia a una ley de reforma jubilatoria como la recientemente aprobada, que notoriamente perjudica a todas y todos los que en nuestro país viven de su esfuerzo diario y más perjudica a quienes lo hacen en peores condiciones.
Promoviendo, por tanto, un nuevo plebiscito que consagre y defienda derechos básicos de todas y todos nosotros y de todas y todos los uruguayos. Como en 1989, será necesario llevar a las urnas estos temas, para que sea una decisión colectiva y consciente de toda la población y no una resolución tomada por tecnócratas desde los escritorios.
Nos encuentra aportando día a día esfuerzo militante con transparencia, en unidad y promoviendo la participación y la integración de nuevas y nuevos compañeros para que la llama siga viva y cada día más intensa. Aportando para refortalecer al sindicato, con la proa puesta firme para que cuando cumplamos 40 años, el 24 de mayo de 2024 seamos más y más compañeras y compañeros los que formemos parte de este colectivo que a diario hace lo mejor posible para honrar el compromiso y la memoria de todas y todos quienes en aquellos oscuros días de la dictadura supieron alumbrar y concebir una herramienta colectiva como lo fue, lo es y lo será por siempre la ATSS.
Es nuestro compromiso. Y es el sentido último de nuestra militancia.