“¿Sabes que acaso te está hablando un muerto? // Eco callado soy que resucito/ Única voz que se atigró en cien soles // No bronce o mármol, frágil cera aguarda/ esta inmortalidad que estás oyendo// (…) // Yo soy la realidad/ sombras vosotros/ que con ser sólo un aire estremecido,/ yo he de vivir aún más que quien me dijo// (…) // En vano sobre mi pondrán los hombres/ leve silencio o densidad de olvido/ Vendrá una mano y volaré de nuevo/ Diré otra vez lo que te estoy diciendo”.
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Con la totalidad de este bellísimo y muy hondo y alto “Poema para ser grabado en un disco de Fonógrafo” 1, Eduardo Darnauchans nos conmovía y alumbraba muchas de nuestras tristes noches bajo la dictadura, en pleno año 1978. Entonces los tiranos cívico-militares daban por muerto al pueblo uruguayo, alejados como estaban de él y menospreciando nuestra capacidad de resistencia civil y pacífica, sin prever que apenas dos años después iban a recibir la gigantesca cachetada del No, y que su fin llegaría el 1 de marzo de 1985 con la democracia recuperada (a pesar de importantes carencias y heridas que todavía siguen sin sanar).
La trinchera de la alegría
El proceso previo a la desilusión de la noche del 27 de octubre deja muchas enseñanzas hacia adentro del campo popular social, y también para quienes detentan el poder o ejercen el gobierno. Hacia adentro la recuperación para la lucha de muchos cientos, tal vez miles, de compañeras y compañeros que se habían alejado como producto del desencanto en la política partidaria o incluso sindical, implican una nueva realidad en la que se consolidaron o emergieron jóvenes dirigentes sindicales (Nathalie Barbé, Sergio Sommaruga –ya avizorado cuando la LUC– y Karina Sosa, por nombrar las figuras de mayor relieve) que permiten reforzar la confianza en el PIT-CNT, a veces alicaída en algunos sectores, y proyectarlo hacia el futuro a partir de la pasión renovada, la alegría de militar y una capacidad de estudio permanente, actitud crítica y promoción educativa como hacía tiempo no veíamos.
Esa acumulación de fuerzas y talentos en verdad no tiene techo, y el casi millón de votos alcanzados a pesar de la feroz y poderosa oposición reunida (la económica con el capital financiero nacional e internacional a la cabeza, la político partidaria casi en su totalidad, la de los think thank enteros, e incluso la de algunas organizaciones sociales claudicantes), son un nuevo punto de apoyo a partir del cual seguir desplegando las movilizaciones –no solamente en materia de seguridad social, sino también en otros aspectos de la vida nacional que también reclaman soluciones urgentes.
Algo que los gobernantes tendrían que aprender
Creo que cada vez es mayor el reclamo de que muchos abandonen sus privilegios y que deberían ponerse a trabajar muy activamente dando participación al pueblo en la toma de sus decisiones. Guste o no guste, hay un conjunto de tecnócratas convertidos en políticos que están en las gateras esperando que les lleguen sus futuros cargos, y hay unos cuantos dirigentes que conciben nuestra realidad más como una aristocracia o una burocracia trasnochadas, que como verdadera democracia.
No son pocas las señales de alerta que “los de abajo” les estamos dando. Si muchos políticos se pasan en sus cuentas de X chusmeando “sobre” lo que nos pasa, sin ponerse el mameluco y dedicarse a trabajar en serio “en” lo que nos pasa, el descontento y desencanto ya visible en estas elecciones seguirá en aumento sin que sepamos en qué puede terminar.
Detrás del temor y la incertidumbre
Si uno recuerda los persistentes resultados de opinión pública con relación a cada uno de los tres puntos principales de la Reforma Constitucional que promovimos, las respuestas sistemáticamente eran por demás claras y contundentes: 1) 80% a favor de aumentar las pasividades mínimas; 2) 70% en contra del aumento de la edad jubilatoria, y) 65% de desconfianza en las AFAP. ¿Qué pasaría si se volviera hoy a hacer las mismas preguntas por separado?
A la justicia de nuestros reclamos se le opuso la invención de una debacle del Uruguay desde casi todos los dirigentes partidarios, incluido el propio Presidente de la República violando la Constitución, y de esa manera –con la ayuda de casi todos los medios de comunicación montevideanos– se instalaron dos de los peores venenos para el ejercicio libre de una verdadera democracia: el miedo profundo, y la duda encendida (llevados al extremo por Lacalle Pou cuando dijo en Melo que “si la gente aprueba el plebiscito yo no me voy a hacer cargo”) 2.
Con la verdad y la lucha se puede tocar y conquistar lo lejos
En lo que llevo conversado desde el 27/10, y lo que me cuentan decenas de personas conocidas, por esas causas y artimañas se concretó en los hechos el objetivo de nuestros adversarios (y por supuesto de los enemigos que hay entre ellos) dando como resultado la ausencia del Sí blanco en los sobres por distintas razones: i) “mire, honestamente tuve muchas dudas, por eso terminé sin poner la papeleta”; ii) “la verdad que tuve miedo de lo que podría pasar y entonces no voté el Si”; iii) “no puse la papeleta porque tengo la esperanza de que si gana el Frente Amplio estas cosas se solucionen con el Diálogo social”, (entre tantas respuestas parecidas y otras que nos dicen “apoyo en general pero debe hacerse de otra manera”).
Obviamente hubo quienes no votaron sencillamente por no estar de acuerdo y están en todo su derecho, cuyo libre ejercicio defenderé siempre. Pero si todo lo anterior tuvo que ver efectivamente con la causa del no voto de algunos cientos de miles que nos faltaron, el próximo gobierno debería escuchar esta multiplicidad de voces.
Aprender de lo mejor de nuestra historia
Un cambio de paradigmas y una refundación del sistema 3 está esperando ser hecha por unos representantes que, rindiendo cuentas permanentemente, pongan manos a la obra y hagan realidad la erradicación de la pobreza en la vejez y en los hogares con niños, niñas y adolescentes, asegurando un régimen jubilatorio verdaderamente digno y sin lucro 4, contemplando así los intereses de una clara mayoría de nuestro pueblo que, o bien apoyó el Sí, o bien entendió que había otros caminos para alcanzar los mismos fines –o bien optó por callar pero sin otorgar nada ya que en modo alguno dijo estar de acuerdo con la reforma del gobierno sino que pensó que las soluciones que promovíamos para escribirlas en la Constitución debían hacerse por la vía de una Ley.
Si no estoy demasiado equivocado, con la Inter Social fortalecida, debemos mantener la iniciativa adecuándola con una propuesta que de veras dialogue con quienes habitamos encima de esta tierra que queremos nos haga más justos y solidarios.
Un tal vez y unas aspiraciones a un futuro que no se rinde
A partir de la mayor amplitud, humildad y unidad de las organizaciones sociales, los que promovimos el plebiscito con convicción acaso debamos volver permanentemente al poema del inicio, afinando nuestras voces.
La verdadera reforma es necesaria desde hace más de 30 años y por ella “pelearemos” pacífica y democráticamente, con una actitud que debe ser necesaria y serenamente combativa, enfocando los ojos en el futuro próximo y en el más lejano, blindando las obligaciones de estos tiempos y las del futuro.
(Es tan grande y promisorio y bueno y más humano lo que perseguimos con amor sincero que –mal que les pese a los poderosos– no hay rendición posible)
Adolfo Bertoni – Ex presidente de ATSS
- De Eduardo González Lanuza
- Esta barbaridad, esta afirmación temeraria y profundamente antidemocrática no mereció ninguna respuesta de nadie del sistema político partidario.
- En el que coexistan retroalimentándose en un círculo virtuoso el método del reparto y solidaridad intergeneracional con la capitalización colectiva (nunca individual) de los aportes.
- La liberación de las AFAP de los trabajadores y trabajadoras que, sin más trámite, lo deseen es algo que puede hacerse sin dificultad alguna.
Fuente: https://brecha.com.uy/el-plebiscito-invisible/