Como es por todos conocidos el poder adquisitivo del salario depende de muchos factores, entre los cuales se destacan la evolución de la economía y la correlación de fuerzas entre los dueños del capital y los vendedores de fuerza de trabajo. En una situación de crecimiento económico es más probable que se obtengan mejoras del salario real que en una situación de deterioro económico, pero en ambos casos el volumen de las mejoras, eventualmente pérdidas, dependerá de la correlación de fuerzas.
LA SITUACIÓN ECONÓMICA
La situación económica del país está cambiando de ciclo en forma significativa: pasamos de un crecimiento fuerte y relativamente predecible, a un crecimiento mucho más lento cuya evolución es en gran medida impredecible.
En 2008 comenzó una crisis económico-financiera en los países centrales que gradualmente se trasladó hacia los países periféricos y que actualmente impacta fuertemente en la región. La economía nacional, que tuvo un fuerte crecimiento impulsada por un contexto internacional favorable para los países productores de materias primas, comenzó en 2012 un proceso de desaceleración (sigue habiendo crecimiento pero a tasas cada vez menores). Incluso debe señalarse que en el último trimestre hubo una caída del producto.
La acelerada devaluación de Brasil, 4,5 reales por dólar, ubica a nuestro país en una situación similar a la ocurrida en 1999, los precios de los servicios y productos brasileños son mucho más bajos que los nuestros. En este año la devaluación del real fue 52,83% y en Uruguay solo alcanzó a 18,5%. Lo cual implica aumento de las importaciones legales de ese país y el contrabando masivo; reducción de las exportaciones hacia Brasil y terceros países donde competimos con Brasil; pérdidas de turistas brasileños y desvío de turismo argentino hacia ese país.
En nuestro país el gobierno gasta una parte importante de sus reservas (1.800 millones de dólares entre junio y setiembre) en tratar de frenar el crecimiento del dólar que, obviamente, impulsaría el aumento de la inflación (que ya es superior al 9%). Cabe destacar que el PIT-CNT propuso utilizar parte de las reservas como medida contracíclica lo que fue rechazado por el gobierno. Lo más preocupante es que la venta de dólares para mantener el tipo de cambio tiene sentido en una situación coyuntural, pero este no es el caso: el aumento del valor del dólar es parte de un shock externo que durará por muchos años.
En resumen: crece cada vez menos la economía; la inflación alcanza casi el 10%; la moneda nacional está sobrevaluada respecto a Brasil y nuestros principales socios comerciales, a todo lo cual se le debe agregar que las cuentas públicas tienen un déficit de aproximadamente 3,5% del PBI.
LA POLÍTICA SALARIAL EN EL SECTOR PÚBLICO
En la época de auge el gobierno del Frente Amplio llevó adelante una política de conciliación de clases que benefició a los capitalistas (leyes favorables para las inversiones y exoneraciones fiscales) y a los trabajadores (aumentos salariales y múltiples leyes que mejoraron su capacidad de negociación y las condiciones laborales), a la vez que aplicó políticas asistencialistas para los sectores más carenciados.
Para continuar con esas políticas en condiciones económicas adversas existe una gran dificultad: el carácter asimétrico de la conciliación de clases. En efecto, lo que recibió el capital en carácter de exenciones tributarias por promoción de inversiones y zonas francas es por largo plazo y está protegido por tratados internacionales; lo que recibieron los trabajadores en condiciones laborales y mejoras salariales se puede modificar rápidamente a través de leyes, decretos y disposiciones.
En ese marco se inscriben las pautas salariales restrictivas para el sector privado y el sector público que impactarán negativamente en el nivel de vida de los trabajadores. Como contrapartida se afirma una y otra vez que no se aplicarán aumentos de impuestos, lo cual implicaría confrontar con el capital, pero ese no ha sido el camino elegido hasta el momento.
Las pautas presentadas para los trabajadores públicos el 7 de agosto tienen dos partes claramente diferenciadas: una la que refiere a los ajustes por inflación; otra, la que refiere al crecimiento de la masa salarial.
Respecto al primer punto, en el proyecto de Ley de presupuesto no se incluyó el artículo 4, actualmente vigente, que determina la forma en que se ajustan los salarios anualmente en relación al IPC. Dicha omisión fue corregida a través de un acta firmada en el Consejo Superior del Sector Público.
Al respecto, debe señalarse que el mantenimiento de este artículo es positivo para los trabajadores, particularmente en una situación económica critica, dado que si se aplica adecuadamente permitiría recuperar el valor del salario en el momento del ajuste.
La referencia a la aplicación adecuada, se refiere a que no se apliquen medidas distorsivas como el plan UTE Premia que reducen el porcentaje de incremento que deben recibir los trabajadores por el ajuste; que la fijación de la meta de inflación futura sea estimada en forma objetiva y no discrecional como hasta ahora; que no se condiciona el ajuste a otorgar a las disponibilidades de Tesorería elemento que no se utilizó en el período anterior pero fue destacado en la presentación del Ministro Murro.
El segundo aspecto de la propuesta salarial del gobierno es que “se promoverá que la masa salarial global de Sector Público acompañe el crecimiento del PBI”. Hasta ahora no se ha verificado que este aspecto se esté cumpliendo en la presentación del proyecto de Ley de Presupuesto.
En ese caso hay varios puntos que deben considerarse, el primero de ellos, que esto no implica que el salario de cada uno de los trabajadores aumente, al menos, como el PBI por diversas razones:
a) el aumento de la masa salarial se puede obtener por el crecimiento del número de trabajadores;
b) dicho incremento en la masa se puede destinar a aumentar el salario de los cargos de mayor responsabilidad y no repercutir en los trabajadores operativos;
c) se puede incrementar la masa salarial destinando ingresos a los sectores que el gobierno ha priorizado, tales como, educación, salud y seguridad pública sin que esto implique aumentos para los otros sectores;
d) se pueden combinar todas las alternativas señaladas.
A MODO DE CONCLUSIÓN
En la compleja situación económica actual – en la que es muy probable que se acelere la devaluación y, por tanto, la inflación – es un hecho positivo el mantenimiento de la indexación salarial a través del artículo 4. A pesar de las limitaciones señaladas anteriormente es un instrumento que puede servir a los intereses de los trabajadores.
No sucede lo mismo con la segunda parte de la propuesta, es muy dudoso que exista un impacto positivo en los salarios reales del supuesto crecimiento de la masa salarial de acuerdo al PBI. Más aún, es muy difícil estimar cual va a ser la evolución del PBI. A su vez, sí creciera la masa salarial, la distribución de ese incremento estará estrictamente atado a la discrecionalidad de los gobernantes y, por tanto, a la correlación de fuerza de cada rama y/o empresa.
Mter. Ec. Antonio Elías, Asesor Económico de ATSS