Desde finales del mes de abril el agua que sale de las canillas en Montevideo y zona metropolitana posee un gusto salado y a cloro que ya bien conocido tenemos.
Los problemas en cuanto al desmantelamiento de OSE, la falta de recursos e inversiones que vienen siendo denunciados por FFOSE hace años y que tienen a la famosa sequía como detonante han sido la tónica, pero que no debe dejarnos sin ver que el problema del cuidado del medio ambiente y nuestros recursos naturales vienen de más larga data, de fomento de procesos y formas de producción que nos retrotrae a los años 90, cuando con el milagro de las plantaciones de eucaliptus por todo el país proponía una nueva modalidad de producción masiva. Agravada con la contaminación que los agronegocios y la industria vuelcan diariamente a nuestros cursos de agua, por la ley de riego y las plantas de producción de celulosa entre otras modalidades que causan graves deterioros en el medio ambiente.
Solamente un 5% del agua potable es para el consumo humano, entonces, ¿cómo puede ser que hayamos a este grado de empeoramiento del agua suministrada a la población?
¿Cómo puede ser que nos hayamos acostumbrado a pensar en los recursos hídricos como algo infinito e inagotable?
Como sociedad tenemos por delante un camino de concientización al respecto, pero que bien podría ser iniciado por el Estado y con conductas responsables en los usos por ejemplo del agua para alimentación de cisternas, o de riego doméstico.
Evidentemente los principales cambios deben darse en el área productiva, que es la principal consumidora y contaminante de nuestras aguas. Para ello es imprescindible una política de control y fiscalización que dejen las permisividades y falta de recursos destinadas a ello que desde hace décadas vienen ocurriendo.
Edificios públicos con una visión de sostenibilidad sería un buen principio, utilización de aguas provenientes de aires acondicionados por ejemplo para abastecimiento en las cisternas una medida lógica ante litros y litros de agua que se desperdician diariamente.
Construcciones y adecuaciones edilicias que contemplen recursos que son desperdiciados, por poner otro ejemplo, utilización de paneles solares para iluminación, acciones que incluso tienen réditos económicos concretos y reducción de costos operativos.
Entre rezos, dejar de comprar Coca Cola y “el agua es bebible”
La respuesta del gobierno ante la crisis hídrica.
Fundamentalmente se basó en que había una sequía, que una vez más el destino les jugaba una mala pasada como con la pandemia y en medidas tardías e insuficientes en apoyo a la población más carenciada para la compra de agua embotellada.
Pero también vinieron desde el lado de la OPP con declaraciones realizadas por Isaac Alfie respecto a no bajar las tarifas de OSE, o exonerar a la población afectada con el argumento de que aumentaría el consumo de agua.
Paradójicamente no se inició ningún tipo de campaña respecto al cuidado de la ya mala agua que provenía de las canillas, campañas de concientización o controles y racionamiento del recurso en las industrias y sectores del agro.
La respuesta parece ser a la población “ajo y agua” a los productores de agua embotellada, exoneraciones, quita del IVA para su venta, ante sectores que ven incrementadas su producción y ganancias por cada día en el que no tenemos agua potable.
Por otro lado, una campaña desde los medios de comunicación de desacreditar al sindicato hermano de FFOSE por la utilización de bombas de humo durante una ocupación. Bombas de humo es lo que a diario se lanzan desde los medios masivos de comunicación, desviando la mirada de los verdaderos problemas, buscando cambiar la percepción de la realidad a la población, como si no fuera suficiente tomar un trago de agua de la canilla para no hacer que nos demos cuenta de los problemas.
Traemos aquí algunas de las palabras dichas por jerarquías e integrantes del gobierno respecto a este tema, que fueron saliendo de forma tragicómica y con grandes dosis de cinismo que no son dignas de personas que fueron elegidas para desempeñar cargos públicos.
– “Hay mucha gente que puede dejar de comprar una Coca-Cola y comprar agua” (Susana Montaner, vicepresidenta de OSE, 8/5/2023, Diario el País), desconociendo la responsabilidad que como Gobierno se tiene al ocupar sitios jerárquicos en el Organismo responsable del suministro de agua potable a la población.
“La solución final es que llueva” (Álvaro Delgado, Secretario de Presidencia, 12/5/2023, La Diaria), quitando cualquier tipo de responsabilidad en cuanto al manejo de esta crisis, en la que las medidas llegan semanas después de los problemas, de forma ineficiente y pobre.
“Hay que rezar un poquito a ver si llueve y tratar de buscar soluciones que todavía no se han concretado” (Pablo Iturralde, Presidente del Directorio del Partido Nacional, 3/7/2023, El Observador). Sin comentarios…
“El agua de OSE no es potable, pero es bebible” (Roberto Bouvier, Ministro de Ambiente, 11/5/2023, Ámbito), un ministro de ambiente que “inventa” una nueva clasificación en cuanto a los tipos de agua.
La frase popular podría verse invertida, ¿siempre que paró llovió?
Tuvimos que llegar a esta situación para entender un problema que FFOSE y las organizaciones sociales denuncian hace décadas, es momento de tomar verdaderas medidas que impidan tener que encontrarnos nuevamente ante esta situación.
Durante años nos creímos al margen de un problema de nivel mundial, de priorizar beneficios económicos de pequeños sectores en contra de uno de los bienes más preciados que existe como lo es el agua. Así nos ha ido, lo cierto es que esta lucha no puede terminar apenas los embalses se llenen luego de las lluvias, sino que sigue y depende de nosotros y nosotras exigir a los gobiernos electos acciones en este camino.