Una campaña con ausencia de propuestas concretas y mucho terrorismo en contra del plebiscito en defensa de la seguridad social

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Como pocas veces en nuestra historia nos encontramos en campaña electoral por las elecciones nacionales en las que quienes pretenden estar a cargo de la conducción de nuestro país esquivan constantemente el bulto ante las preguntas que la población realiza continuamente:

– ¿Cómo se va a mejorar y aumentar el empleo?
– ¿Cómo se va a solucionar los problemas del narcotráfico y la delincuencia?
– ¿Cuáles son los planes para eliminar la pobreza?
– ¿Qué pasa con nuestros recursos naturales?
– ¿Cómo se va a trabajar la educación?
– ¿Qué pasa con la salud?
Y un larguísimo etcétera.

Por el lado político (con excepciones) no existen respuestas concretas, pero si hay un ataque terrorista en el que coinciden personas de casi todo el espectro ideológico sobre que si se aprueba el plebiscito que promueve el PIT-CNT será el fin del mundo, ahora bien, pues resulta que cuando se realiza un análisis más fino, o se intercambia con quienes votaremos el si, los argumentos se les caen como piezas de dominó. Ya que la principal preocupación de estas personas es la eliminación de las AFAP que planteamos, sistema que en la realidad ha sido un desfinanciamiento a pérdida del BPS, para las y los trabajadores y en beneficio de emprendimientos privados, de compra de deuda pública y de pérdida brutal de las posibilidades de nuestra seguridad social, siempre en detrimento de la clase trabajadora.

Y es que para nuestros detractores solo existen eslóganes:
– “Si se aprueba el plebiscito será un desastre”.
– “Se perderá el grado inversor”.
– “el Uruguay se llenará de juicios”.
– “No se va a poder reducir la pobreza infantil”.
– “No habrá más “inversionistas” y crecerá el desempleo”.

Y otro largo etcétera, pero aquí lo importante a atender es que las propuestas de campaña de los candidatos son también meros eslóganes, sin siquiera una simple explicación de como harán para solucionar esos problemas que según ellos causaría la aprobación del Si, problemas que ya son concretos y realidad, como la pobreza, el desempleo, la delincuencia, la salud, la educación, etc.

Lo que no se dice, se elude, esquiva y tergiversa por parte de estos actores políticos es que nuestro país ya tiene en sí mismo los recursos suficientes para poder cumplir con todas sus promesas, lo que no nos dicen es que nuestros aportes se van principalmente en financiar, exonerar, pagar y promover ganancias a los privados y a las clases más pudientes.

“Y con el precio que tiene,
este lugar me conviene,
gente fina delincuente,
algunos ya diputados
y brindo por nosotros
dos tarados que les pagamos.
Tuvimos la libertad,
apretada entre los dientes,
alguien cantó
no va más”

Clonazepan y circo, Andrés Calamaro

En el tema de que el plebiscito haría imposible atender la pobreza infantil habría que preguntarse:

¿Y qué han hecho ustedes para solucionar el tema?

Cuando en este país se habla de pobreza infantil, se habla de 160 mil niños y niñas en esa situación, pero no solo de eso, sino de familias enteras, en las que abuelos/as, padres, madres e hijos se encuentran de forma estructural, en un ciclo vicioso en el que generaciones de gente nacida en la pobreza sigue en ella.
Un informe de la ONU de 2022 dice que con una inversión de aprox. 500 millones de dólares se abatiría la pobreza en las familias, y ¿qué responden cuando la población se entera de que se renuncia a recaudar 2100 millones de dólares que se van en exoneraciones a grandes empresas?
Cuando en plena pandemia el gobierno se aumenta salarios a los cargos del ejecutivo y al pueblo le piden ajustarse el cinturón, ¿Qué pasa cuando nos enteramos que le construimos un tren e infraestructura para uso casi exclusivo de la empresa UPM y que eso nos costó a las uruguayas y uruguayos nada menos que 5000 millones de dólares? Nada más ni nada menos que el monto equivalente a erradicar la pobreza infantil por unos diez años y que se gastaron en beneficio de privados, a los que además se les exonera de impuestos.

Lo que nadie nos dice es que han sido decisiones políticas las que llevan a que en este país exista la pobreza en todas sus formas.

Porque nuestros políticos prefieren siempre la exoneración de privados antes que la calidad de vida de sus ciudadanos.

Los políticos una vez más, no dan ni el ejemplo ni la talla.

Entonces resulta cuando menos llamativa esta nueva unidad de todos los candidatos presidenciales con opciones de triunfo en las elecciones nacionales diciendo exactamente lo mismo respecto al plebiscito del PIT-CNT, ¿A qué intereses responden estas personas?

Porque la papeleta establece claramente los lineamientos que se fijarían para una seguridad social pública, estatal, solidaria, sin fines de lucro y con mejores suficiencias y posibilidades, que redundan en una reducción de la pobreza (la infantil como en la vejez), por impacto directo considerando que el 38% de los hogares en que habitan niños/as pobres solo tienen como único y constante ingreso una pensión o jubilación, aumentando las pensiones y jubilaciones mínimas ya impacta positivamente en este problema, pero además, por la eliminación de las AFAP volverán anualmente 1400 millones de dólares anuales al sistema público y solidario del BPS, lo suficiente (y hasta sobra) para el costo de aumento de las mínimas (460 millones de dólares), para que no deba haber asistencia estatal al BPS (promedio 500 millones de dólares) y para erradicar la pobreza infantil.

Y eso sin siquiera tocar los 24000 millones de dólares que las AFAP usurparon a la clase trabajadora y que resultaron en rentas vitalicias con un promedio de $ 7000.

Al PIT-CNT se le exige que diga y dé números, los damos, incluso justificamos como se podría cumplir con uno de los mayores males que tiene nuestra sociedad, como lo es la pobreza, demostramos que la papeleta es autosustentable y que no se debe recurrir siquiera a un financiamiento distinto que el resultante de la eliminación de las AFAP, pero además informamos y revelamos el amplísimo espacio fiscal que actualmente regalamos a las clases más pudientes de nuestra sociedad y al gran empresariado, pero los políticos se presentan y realizan promesas de campaña repetidas, sin decir como lo harán y ¿resulta que a eso nadie les exige que muestren números o cuando menos explicar como lo cumplirán?

Para no irnos muy lejos, recordemos lo que en campaña electoral el actual Presidente de la República dijo sobre que no se le alterarían las reglas de juego a efectos jubilatorios a los trabajadores, y al poco tiempo, reforma de la seguridad social.

Hay muchísimo para revisar antes que salir a decir que si triunfa la papeleta blanca se debe subir el IVA, o poner nuevos impuestos, eso es terrorismo y del peor, están haciendo verdaderas “promesas – amenazas” de campaña diciéndole al pueblo trabajador que pase lo que pase quienes pagarán los platos rotos seremos una vez más la clase trabajadora, y nunca quienes más tienen.

Es una demostración a las claras de a qué intereses responden y que privilegios defienden.

Quienes defienden a las AFAP defienden que la clase trabajadora sea quien financia empresas que desplazan mano de obra como la Corporación Vial o los supermercados TA-TA, que financian megaproyectos de especulación inmobiliaria (que ya tienen gigantescas exoneraciones con el verso de “vivienda social promovida”, con monoambientes que salen más de 100 mil dólares, ¿Qué trabajador puede darse el lujo de acceder a esto?), pero que además las AFAP invierten en el modelo sojero y forestal, en un país donde ya tomamos plena conciencia de los problemas que tendremos por acceso al agua potable, de modelos que no generan prácticamente mano de obra, y contaminan nuestros recursos naturales, y para colmo de los colmos, “invertimos” en los barrios privados como “Maldonado 1” o “La Tahona”, lugares en los que las y los trabajadores jamás podrían soñar ni habitar.

Recordamos a los políticos de turno, de este gobierno y de los anteriores, que los niños y niñas pobres en este país son hijos de la clase trabajadora, nunca son los que viven en la Tahona, nadie se ha preocupado más por la pobreza infantil que los sindicatos y las organizaciones sociales, por tanto es inmoral y cínico que se destinen sin ningún tipo de disimulo millonadas en forma de “inversiones” y exoneraciones que pagamos nosotros a este “modelo de país” que esta clase política defiende en vez de volcarlos a erradicar la pobreza.

La plata está, el problema es que la destinan a beneficiarse y beneficiar a quienes pagan las campañas y mientras tanto somos las y los trabajadores quienes pagamos sus privilegios, estos ricos nos salen carísimos como sociedad.

Una clase política que gobierna para unos pocos y poco se preocupa de a quienes cada cinco años van a pedirle el voto. Una forma de hacer política que es contraria a lo que sostenemos como democracia, basada en mentiras, en uso y abuso de los dineros de todos, sin una vocación de servicio a la que están obligados por ser representantes.

 

“Chupa tu matecito, el hambre se va,
solo por un ratito, el hambre se va,
Las manos rechazadas, la cabeza cansada
y Dios que no se ha vuelto a mirar acá.

¿Qué le diré a mis hijos al regresar?
¿Qué le diré a mi madre, que no da más?
El frío del invierno y el frío del gobierno,
Y la esperanza seca de esperar.

Chupa tu matecito el hambre se va,
solo por un ratito el hambre se va,
y así andamos Milones, cansados, NO CAGONES
Y la paciencia se va a terminar.”

Huayno del desocupado
Arbolito