Este 27 de diciembre desde las 10 horas Sindicatos y Organizaciones Sociales nos manifestamos en el Palacio Legislativo ante la sesión del Senado en la que se realizará la primera votación del Proyecto de Reforma de las Jubilaciones del Gobierno.
Compañeras y compañeros de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social y del Movimiento Nacional en Defensa de la Seguridad Social dijimos presente.
Foto: Yohana Altez
Mientras algunas personas ingresaron a las barras el resto hicimos la resistencia desde la explanada del Palacio, un mundo es el de los y las trabajadoras, con una unanimidad absoluta contrarios a esta reforma y otro mundo paralelo parece ser el que ocurre en el Parlamento, donde la mayoría que gobierna decidirá el destino de las jubilaciones y pensiones de toda nuestra población.
En el mundo paralelo del Parlamento, donde esta sesión estaba pactada para las 9:30 horas no pudo comenzar sino hasta las 11, por falta de quórum de parte de los senadores del gobierno.
Esta reforma, que solo hace caer el peso del financiamiento sobre los y las trabajadoras, que quita derechos y rebaja jubilaciones. Donde en un principio se intentó justificar por el supuesto “déficit” del Banco de Previsión Social. Queda demostrado que un derecho humano fundamental como lo es la Seguridad Social no genera “déficits”, pero si de todos modos quisiéramos hablar en términos economicistas, el “déficit” es causado por las exoneraciones al gran capital, el poco aporte que realizan los patrones en comparación con las y los trabajadores y de la verdadera aspiradora de recursos que son las AFAPs, que quita más del doble del total del “déficit” (1200 millones de dólares por año) de aportes genuinos de trabajadores.
Cuando ese argumento comenzó a hacer agua, se giró para el lado del tema demográfico.
Y si, es cierto que en Uruguay tenemos una población envejecida, como en muchas partes del mundo. Pero también es cierto que para enfrentar un problema de envejecimiento poblacional, debiera ser el Estado, con políticas reales de natalidad y de inmigración quien tomara cartas en el asunto, y no simplemente aumentar la edad jubilatoria. Para pagar menos jubilaciones y por menos tiempo de sobrevida.
Por otra parte, este aumento en la edad jubilatoria, sin una política real de empleo, solamente significará aumento del desempleo y menos salarios para todos los trabajadores.
Es un proyecto nefasto, tanto desde su concepción como de la forma en la que fue realizado.
Pero no debemos dejar de ver que con esta Reforma hay ganadores, y estos son principalmente las AFAPS, a las que se les amplía su mercado haciendo la afiliación obligatoria para todas las cajas y brindando la posibilidad de invertir en el extranjero. Y el gran capital, eterno ganador, al que no se les toca sus cuantiosas exoneraciones.
Es una reforma por y para el Gran Capital y la Banca Internacional, no es para el pueblo, no amplía derechos ni mejora insuficiencias, sino que las empeora.
Fotos: Gonzalo Moreira
Y repite la máxima que en estos tiempos viene pasando y es la de trabajadores que financian empresas, porque así es, a través de las exoneraciones, del bajo aporte patronal jubilatorio, y del traspaso de aportes genuinos de trabajadores a las AFAPs, es el cuento del Robin Hood al revés, se les roba a los pobres para darle a los ricos.
A las 13 horas se dispuso el desalojo de las barras tras la intervención del senador Alejandro Sánchez, que al finalizar desató el aplauso de la concurrencia. En ese momento se solicitó el desalojo y quienes allí estaban se marcharon al grito que resonó en todo el Parlamento de “el pueblo unido, jamás será vencido”, ante la mirada irónica y sobradora de todo el oficialismo.
La lucha sigue y la posibilidad de llegar a una Seguridad Social por y para los trabajadores y trabajadoras de este país, para las clases humildes, para todos y todas es la de lograr una reforma de la Constitución a través de un plebiscito conjunto a las elecciones del año 2024 donde pongamos en nuestra Constitución de la República artículos que garanticen que la edad jubilatoria común no podrá ser superior a los 60 años, que las exoneraciones al gran capital no corran por cuenta del pueblo, donde no exista el lucro en la Seguridad Social devolviéndole a esta su carácter de solidaria, y la eliminación de las AFAPs.
Foto: Yohana Altez