La Ley n.° 19.889, de Urgente Consideración (LUC), de la que tanto se ha hablado desde la campaña electoral, no es más que una de las herramientas con las que cuenta el gobierno nacional para poder llevar adelante un proyecto de restauración neoliberal.
Esta ley ingresó al Poder Legislativo con 501 artículos. Se contaba con un plazo máximo de 90 días para su tratamiento y fueron varios los cambios generados, resultando una ley de 476 artículos que fue promulgada el 10 de julio. Cuenta con varios capítulos y una gran diversidad de temas que refieren a Seguridad, Educación, Inclusión financiera, Vivienda, Trabajo, entre otros.
La extensión de la ley, tanto en áreas temáticas como en cantidad de artículos, el contenido específico de estos y su caracterización de urgente, solo dejaron de manifiesto uno de los primeros movimientos para comenzar a generar políticas regresivas que sólo consolidan la pérdida de derechos que el pueblo ha ido conquistando.
Esta ley podría haber sido perfectamente un conjunto de leyes presentadas de manera seria y responsable, para su discusión en un tiempo coherente, y un tratamiento adecuado por parte del Poder Legislativo. También para que los diferentes colectivos sociales pudieran manifestarse, dar opinión y plantear cambios, lo que hubiera significado, en definitiva, ejercer y practicar la democracia.
Si a lo anterior le sumamos el contexto en el que se dio todo este proceso, en plena pandemia, donde se volvió vital el cuidado y el respeto por la vida de todas y todos, obtenemos un escenario que conspira en contra de las diferentes organizaciones sociales. Esto hizo muy difícil poder generar una presencia fuerte en las calles.
De todas formas, esta situación no nos paralizó. La Intersocial, que está conformada por el PIT-CNT, la FEUU, la Intersocial Feminista, FUCVAM y una gran red de colectivos y organizaciones sociales, decidió transitar el camino de interposición de un recurso de Referéndum contra la LUC. En conjunto, se resolvió ir por el “camino largo”, que consiste en la recolección de firmas del 25% del total de inscriptos habilitados para votar (700.000 adhesiones aproximadamente), antes del 9 de julio de 2021.
El recorrido para determinar si el recurso se interponía contra toda la ley o contra parte de esta, no fue sencillo. Se requirió de muchas horas de diálogo y presentación de posturas en el plano ideológico y conceptual, como en el terreno más táctico y estratégico, tanto a la interna del PIT-CNT, de la Intersocial y con los partidos políticos que no conforman la coalición de gobierno.
El objetivo estaba claro, tratar de acumular la mayor fuerza posible.
Muchos han sido los esfuerzos aunados y esto ha implicado que algunas posturas no se vieran reflejadas en el resultado alcanzado. El 2 de diciembre, en el Plenario de la Intersocial, la FEUU, FUCVAM, la Intersocial feminista y el PIT-CNT presentaron una moción para ir en contra de 133 artículos y se dejó librado a todas las organizaciones que quieran sumarse a esa iniciativa de Referéndum.Ahora resta que se conforme una comisión pro Referéndum para dar lugar al trabajo específico de recolección de firmas, con todo lo que ello implica.
Pero esta no es la única herramienta que tiene el Ejecutivo para llevar adelante sus políticas antipopulares. La Ley de Presupuesto Nacional para el periodo 2020-2024 es un ejemplo más de las políticas regresivas que estamos sufriendo, con un recorte presupuestal de 1400 millones de dólares, principalmente en sueldos y jubilaciones.
También la Reforma de la Seguridad Social , a partir de la incorporación de un artículo en la LUC que crea una Comisión para estudiar la situación actual de todos las cajas y elaborar una propuesta que viabilice otro instrumento de apropiación de los ahorros jubilatorios de los trabajadores. Porque no se habla de una reforma en el sentido de defender un derecho humano fundamental, sino desde la perspectiva de que las cuentas cierren, aunque eso implique que muchos orientales pierdan ese derecho.
Lo urgente, que no está contemplado en ningún artículo de la LUC, era paliar los efectos económicos de la pandemia; esa urgencia que atendió de inmediato el pueblo oriental con miles de ollas populares que el movimiento sindical y la sociedad civil organizada levantó a lo largo y ancho del país; lo urgente fue la solidaridad del pueblo trabajador que a pesar de las restricciones sanitarias se puso al hombro esta admirable tarea de mitigar el hambre de miles de compatriotas que se quedaban sin laburo, producto de esas restricciones.
También, lo urgente estaba en la Seguridad Social que bancó más de 200 mil seguros de paro y de enfermedad, producto de la pandemia, en la Salud y en la Educación, en quienes no verán recuperación salarial el próximo año y en atender un costo de vida que aumenta día a día con una inflación que nadie controla y que llegó a superar los 2 dígitos.
Nada de eso estuvo en la LUC, nada…
A esta altura queda claro que lo urgente era la eliminación de todas nuestras conquistas en materia de Salud, Vivienda, Trabajo, Salario, Pago de prestaciones, etc. y la eliminación de la cosa pública con el fin de engordar los bolsillos de los privados.
En la misma línea, se eliminó la nominalización de los salarios y el contralor del cumplimiento de los laudos en las actuaciones inspectivas del BPS, premiando a los evasores, generando una competencia desleal con los buenos contribuyentes, perjudicando a los trabajadores al momento del cálculo de cualquier prestación contributiva y dejándolos en un estado de total indefensión. Esta situación solo agudiza el ya conocido desequilibrio de las finanzas del BPS y traslada más recursos públicos al capital privado, que evade sus responsabilidades fiscales.
Lo cierto es que junto con el chorizo artesanal vino una sucesión de restricciones y pérdidas de derechos, un recorte presupuestal brutal y la factura de todos los platos rotos que pagará el pueblo.
Porque el empleo cayó estrepitosamente, el consumo interno se debilita y la pequeña y mediana producción y el comercio hace zozobra. La economía, que durante años estuvo desacompasada por llevar adelante medidas anti cíclicas, lentamente comienza a danzar al ritmo de la sinfonía mundial, donde unos pocos -cual buitres oportunistas- se apropian de los despojos que deja la pandemia, bajo la sagrada palabra de falsos Mesías, que dicen que cuando todo esto pase, nos devolverán la tierra prometida.
¿¡Justo los mercaderes de la muerte, que producen alimentos para 3 poblaciones mundiales mientras muere un niño de hambre cada 20 segundos!?
¿¡Justo los que están llenando de basura y contaminación el planeta!?
¿¡Justo los que acaban de ponerle precio al agua!?
¿Y el pueblo?
El pueblo está en la calle, contra toda restricción, porque si no sale a la calle no labura y no come, está en la solidaridad de las ollas populares, en las movilizaciones contra los recortes presupuestales, en la defensa del salario y de los puestos de trabajo, y en las luchas que tenemos por delante, por la derogación de la LUC y por un presupuesto popular.
En esa estaremos todos los trabajadores, codo a codo junto a nuestro pueblo, porque no vamos a retroceder ni un ápice en todo lo que hemos avanzado en los últimos años y porque nada podemos esperar, sino de nosotros mismos.