Congreso del PIT-CNT, diálogo social y panorama de lucha, entrevista a Karina Sosa, Presidenta de ATSS

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Claridad le encomendó a Eduardo Aparicio dialogar con la dirigente de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS) Karina Sosa, que es referente de una de las corrientes sindicales que tuvo un desempeño relevante en el XV Congreso del Pit-Cnt.

¿Cómo están viendo desde ATSS los primeros pasos del Diálogo Social y cuáles son sus expectativas?

Lo primero que quiero anotar es algo que hemos reiterado ya muchas veces: la recolección de firmas primero, el impulso al plebiscito y los casi un millón de ciudadanas y ciudadanos que nos acompañaron con la papeleta del SI, permitieron que hoy se hable de Seguridad Social en muchos rincones del país. Que el tema no haya terminado en un cajón luego de las elecciones nacionales.

No logramos los votos suficientes para lograr el plebiscito que cambiara radicalmente el sistema de jubilaciones y pensiones y lo convirtiera en un sistema netamente público y estatal, que era nuestra meta, porque para nosotros el primer problema y el más feroz, el que afecta más a las jubilaciones, es la privatización de la seguridad social a través de las AFAP.

Por tanto, afrontamos este ya demasiado anunciado diálogo social sabiendo que se llevará adelante en un contexto muy difícil, muy arduo de sortear, porque se dará en un contexto de amplio despliegue del poder mediático y con un poder político y un imaginario social muy influenciado por el concepto de que “los bancos mandan y la gente obedece”.

Por eso, más que hablar de nuestras expectativas, preferimos tener los pies en la tierra. Vamos a dar batalla sindical, cultural y política para seguir explicando nuestras razones en la defensa de valores que la seguridad social perdió en Uruguay desde 1996 hasta la fecha y al mismo tiempo vamos a seguir demandando que se cumplan los compromisos electorales asumidos por la fuerza política que hoy gobierna el Uruguay.

Han pasado ya los primeros 100 días de gobierno y algo que se había anunciado como inmediato, no se está cumpliendo aún: el aumento de las jubilaciones mínimas, que son absolutamente magras, insuficientes, y el tema tan sensible de la edad de retiro, que vemos declaraciones contradictorias, una semana sí y otra también, al respecto. Sí pudimos asistir, en estos días, al decreto del Poder Ejecutivo que transfirió 583 millones de dólares del Estado en asistencia a la Caja Militar. Me pregunto hasta cuándo vamos a seguir mirando al costado en esto. No hay aumento para las jubilaciones mínimas, pero hay cifras siderales para seguir garantizando privilegios a la Caja Militar.

Son todas señales contradictorias que nos preocupan. Estamos expectantes, repito, para poder comprobar si este será un “diálogo” al estilo del que instaló la famosa “Comisión de Expertos” en 2021-2022 o si será uno como el que transitamos en 2008 y 2012, más abierto a la participación y el aporte de las organizaciones sociales y la ciudadanía en general.

ATSS integra la Coordinación de Sindicatos, desde este lugar, ¿qué pueden decirnos del último Congreso del PIT-CNT?

Si, es verdad. Junto a otras organizaciones sindicales hermanas, conformamos ese espacio de trabajo sindical que defiende un conjunto de principios y valores y que hemos dado en llamar, sencillamente, “Coordinación de Sindicatos”. Promovemos la actividad sindical como un acto militante y no como un privilegio, la austeridad, la independencia de clase, la desburocratización de la actividad sindical, única manera de recuperar y sumar fortalezas y confianzas entre los diversos colectivos de trabajadoras y trabajadores, públicos y privados, en el país.

Estamos realmente muy conformes, muy felices con el esfuerzo que desplegamos y la respuesta que cosechamos en votos en el Congreso. Propusimos un documento con una mirada crítica respecto del accionar del movimiento sindical, expusimos con fraternidad y compromiso nuestros argumentos, dimos batalla, defendimos principios y nuestra lista 8, que fue la tercera más votada, tuvo una muy alta adhesión de parte de más delegadas y delegados que los que nos habíamos acreditado por nuestros sindicatos de origen. Una dimensión de eso es la votación en sí misma: la Coordinación contaba con 29 delegados acreditados en el congreso, y obtuvimos 136 votos, eso es un 400% más de lo esperado. Es un orgullo, una alegría y una responsabilidad que ya asumimos.

Eso se traduce en que dos compañeras nuestras continúan integrando el nuevo Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, cinco compañeras titulares y sus respectivos suplentes integramos la nueva Mesa Representativa. Y quiero detenerme en este tema de la integración de la mesa. No estuvimos de acuerdo, dimos el debate, para que su integración no se redujera a 41 integrantes, porque estamos convencidos de que era y es siempre necesario honrar una seña de identidad de nuestro movimiento obrero y es el de garantizar y promover la participación más amplia y solidaria de todos los sindicatos, más allá de su tamaño y potencia. Así se hizo grande al movimiento obrero en nuestro país y discrepamos fuertemente con esta reducción de la integración de una instancia como la Mesa Representativa.

Finalmente, hay algo que también quiero señalar, fue como una especie de “sabor amargo” que nos quedó del congreso. En el tramo final, se decidió unilateralmente trasladar la votación de un conjunto de resoluciones generales a la nueva Mesa Representativa, lo que rechazamos de plano, porque a nuestro juicio no tiene justificación alguna que las cuestiones de un congreso no se resuelvan en su mismo ámbito. No hubo una explicación, argumento ni motivo relevante o válido que justificara este accionar y nos parece importante que siempre se respete la voluntad de las y los compañeros. Es un hecho que no quiero dejar de señalar aquí, ya lo hicimos cuando fue necesario.

¿Cuál es la lectura que realizas del mapa de alineamientos y correlación de fuerzas que dejó el Congreso?

Hay muchas puntas y muchos matices para este análisis. Lo primero es señalar que quedaron claramente definidos dos bloques, que expresan mayorías y minorías dentro del movimiento sindical. Por el lado de las mayorías, los que conforman la listas 1 y la 4198, que históricamente han sido aliadas. Y un segundo bloque, conformado por nosotros, la Coordinación de Sindicatos, que comparecimos mediante la lista 8 y la lista 2, que supo integrar este espacio pero que, en las etapas previas al congreso, decidió retirarse, fundamentalmente compañeras y compañeros de AUTE y SINTEP.

Tenemos plena conciencia de que las listas 1 y 4198 conforman una mayoría muy sólida, pero nosotros confiamos en la fuerza de nuestras convicciones y argumentos, sustentados, como decía anteriormente, en la democratización del esfuerzo militante en las bases, en la militancia de a pie. Hay algo que, sin embargo, me parece importante destacar. Si fuéramos realmente cuatro corrientes muy marcadas, muy diferentes, ¿por qué solamente hubo dos documentos para analizar en las etapas previas y durante el propio congreso?

Si realmente existieran cuatro corrientes, cuatro miradas diferentes sobre el movimiento sindical, que incluso justificaran su presencia por separado en las elecciones, debieron haber habido cuatro documentos diferentes, que expresaran esas diferencias, y eso no ocurrió. Tres de esas corrientes se pusieron de acuerdo en la redacción de un único documento en el que, a nuestro juicio, no queda evidenciado adecuadamente el valor de la lucha de clases y de la movilización como base del accionar del sindicalismo.

Desde la Coordinación de Sindicatos afirmamos que lo más importante, lo más vital para que el movimiento sindical recupere la fuerza perdida es el relacionamiento y la vinculación que tengamos con nuestras bases, con las y los compañeros en los centros de trabajo. Cómo logramos movilizar, concientizar sobre lo importante de la lucha colectiva y dejar un poco al costado el sistema de cúpulas que es el que hasta ahora se ha mantenido y prospera y sin perjuicio de los resultados de las votaciones.

El Pit-Cnt integra a un cuarto de la población trabajadora activa, debemos hacer un esfuerzo colectivo, todas las corrientes que lo integramos, para lograr que aquellos trabajadores y trabajadoras que no están afiliados a su sindicato finalmente tomen la decisión de pertenecer a un colectivo y a una herramienta que en síntesis es la única defensa que tienen para detener el atropello, la precarización del trabajo, el poco respeto que hay hacia las normas laborales, para erradicar la violencia y el acoso en los ámbitos laborales, lograr que la salud y la seguridad, la prevención sean lo primero a tener en cuenta en el mismo ámbito y por supuesto pelear por una seguridad social sin fines de lucro, pública, estatal, solidaria como era en nuestro país hasta antes de la reforma regresiva de1996.

En apretada síntesis, desde tu inserción sindical, ¿cómo caracterizas al gobierno instalado el 1 de marzo?

En estos primeros 100 días, ha dado muestras de buenas intenciones, pero poca preparación en lo que fue la transición, además de una mala intención de la administración anterior de no transparentar la realidad de las cuentas públicas y sobre todo la situación de los organismos públicos. Esto, que hoy está en debate, está haciendo dificultoso el proceso de regularización de muchos temas que son de relativa sencilla solución, pero al estar relacionados con el Presupuesto Nacional, lamentablemente terminan siendo postergados. Nosotros no estamos para dar “cartas de crédito” o de confianza a este ni a ningún gobierno, nosotros somos trabajadores organizados, pero aspiramos a que en los tiempos razonables pueda determinar fehacientemente el estado de las cuentas públicas, en nuestro caso, el del BPS, el estado de la organización del trabajo, comprobar lo que desde el sindicato venimos denunciando respecto de las decisiones erróneas en materia de sistemas de trabajo y los atrasos generados, que hoy podemos determinar, en 35.000 expedientes, 25.000 de ellos de solicitudes de jubilación atrasados, algo que no puede permanecer en el tiempo de ninguna manera.

Aspiramos a que los representantes del nuevo gobierno en los entes autónomos y servicios descentralizados tengan una actitud muy diferente, que terminen con lo sucedido en los cinco años anteriores, en donde produjeron muchísimo desorden reglamentario, desorden en cuestión de conocimiento, de funcionamiento y de respeto a las normas públicas. Fueron cinco años de violencia -por momentos demasiada violencia- hostigamiento y mala gestión de las empresas públicas.

Esto, lamentablemente, no nos sorprende porque vemos dentro y fuera de fronteras como gobiernos que defienden ideas neoliberales, para las cuales derrotar a una empresa pública es el principio para luego privatizar y potenciar una empresa privada. Entonces, nos paramos firmes diciendo que este gobierno, si está dispuesto a cumplir sus compromisos electorales va a tener que hacer muchos esfuerzos para acercarse al movimiento sindical, para escuchar a las y los trabajadores organizados, que han estado en la primera fila de la resistencia ante el avasallamiento del Estado y la defensa de los derechos elementales de la ciudadanía. Esto vale para los entes y las empresas estatales y vale más allá, en la educación, la salud, la alimentación, la vida misma de la gente.

El movimiento sindical debe estar en la primera fila de la movilización para respaldar al trabajador, a la trabajadora, ante patronales que han vulnerado y vulneran dramáticamente sus derechos y, en el ámbito estatal, para recuperar condiciones laborales y salariales perdidas en todos estos años, para revertir políticas llevadas adelante, dañinas para la población, así como también para revertir los recortes presupuestales implementados y que han castigado a toda la población, muy especialmente a la niñez y a las personas mayores.

También, y esto es fundamental, tenemos que seguir transitando un camino de revertir decisiones que han afectado la soberanía del Estado, del país. Un ejemplo es lo que está sucediendo con Antel, que apenas decide retirar la ayuda económica a los canales privados, de inmediato se nota la hostilidad y parece que ahora sí informarán la realidad de lo que pasa en términos de violencia, de formas de cometer ilícitos, ya no son ajuste de cuenta sino que realmente son rapiñas, los robos pirañas. Todo eso existía ya, existió y volver atrás no será sencillo. Pero no se lo visibilizaba, se nos mostraba “un mundo ideal”, que parece que ahora recién están descubriendo. No será sencillo, pero vamos a estar también en la primera fila reclamando revertir estas decisiones que tanto daño le han hecho al Uruguay e incluso, a la convivencia pacífica.

Para ir terminando, nos permitimos pedirte algunas pinceladas de las perspectivas que avizoras para la lucha del movimiento sindical en el próximo periodo.

Como ya he dicho, el movimiento sindical no puede estar atado a ningún gobierno debe mantener su independencia de clase y defender los derechos populares, defender que los recursos del país lleguen en forma justa a cada una y cada uno de quienes aquí habitamos.

Nuestro papel es defender a las y los trabajadores y defender, estar pendientes y vigilantes para controlar que todo lo que la ciudadanía necesite sea volcado de manera correcta y no que se privilegie a determinados sectores de ingresos muy superiores a los de los trabajadores donde un día sí y otro también se otorgan exenciones impositivas.

Vamos a seguir luchando y promoviendo la transparencia, porque estamos convencidos de que la ciudadanía tiene derecho a saber a quiénes y por qué montos se beneficia cuantiosamente a sectores poderosos, mientras se niegan ajustes pequeños, de salarios, de jubilaciones y pensiones, de asignaciones familiares.

“Unos mucho y otros nada”, como dice la canción, ha sido la tónica de muchos años hacia atrás. Vamos a seguir estando en la primera línea para romper con esa lógica, que castiga a toda la población, especialmente a los más desvalidos, los más necesitados. Nuestro papel será seguir transparentando, seguir dialogando con la ciudadanía, explicando, argumentando y, cuando deba ocurrir, confrontando con aquellas decisiones que no vayan en este camino.

Se ha degradado el Estado de Bienestar en Uruguay dramáticamente en estos años, y no solamente en los últimos cinco. Reconstruirlo será largo, será esforzado, y allí vamos a seguir estando para reedificarlo.

Fuente:

https://periodicoclaridad.com/sitio/index.php/cat-sindicales/1522-conversamos-con-a-karina-sosa